viernes, 27 de enero de 2017

Palabra cazada: sentimentalizar

Dice Lázaro Carreter:


“La presentadora de un programa de TV con gente, dio la palabra a un señor mayor, el cual cuenta que no tuvo madre porque murió al parirlo; y se le arrasan los ojos. Entonces la presentadora le sugiere con dulzura: ‘vamos, no sentimentalice’. Es decir, ‘no se ponga sentimental’. Pareció raro a  muchos. ¿Raro? Pues el inglés posee ‘sentimentalize’. El francés ‘sentimentaliser’, el portugués ‘sentimentalizar’… ¿Para qué seguir? Vergüenza da que, en los comienzos del siglo XXI, pueda parecer ocioso a muchos ese verbo tan internacional. Ya figuraba en el lenguaje de unos pocos doctos. Pero parecía impensable tanto allanamiento en su uso hasta que la gentil conductora de quel programa lo lanzó con piedad de huérfano cuarentón, y dotó al vocablo de un simpático porte suburbial.

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jueves, 19 de enero de 2017

Palabra cazada: aniversario

Dice Lázaro Carreter:


“Es en el fútbol donde el lenguaje no especializado tiene su fértil nido; de él salen, renovándose incansables en osados vuelos, creaciones que buscan ciudadanía española. Un último ejemplo: parece que un entrenador –nunca nombro- fue abroncado por la afición el día que celebraba haber actuado como tal  en 250 ocasiones o partidos. Lo cual ocupaba así el titular de un gran periódico: Amargo aniversario en los banquillos. (El entrenador), que celebró el domingo su partido 250 como técnico de Primera, bañó en frustración su efeméride’ Y en el relato volvía a decir: ‘(El entrenador) no pudo celebrar el 250 aniversario como técnico de Primera División’ Gran proeza: ya casi nadie alcanza edad tan bíblica.

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martes, 10 de enero de 2017

Palabra cazada: vanagloriando

Dice Lázaro Carreter:


“He aquí otra efeméride también de procedencia hertziana: ‘Ahora se está vanagloriando al Madrid’. Obsérvese bien: no se vanagloria el club –impensable en él jactancia alguna-, sino que es él quien recibe ‘vanagloria’. Este verbo constituye una invención idiomática absoluta, y además, es fastuosa por su rara originalidad: lo más parecido al neonato ‘vanagloriar’ que existe es ‘vanagloriarse’, verbo pronominal reflexivo al que el afortunado innovador amputa el pronombre, y lo hace significar algo así como ‘recibir loas, encomios y alabanzas’. Para él, ‘vana’ carece de significado: es un simple estiramiento que hce más percutiente el vocablo.

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lunes, 2 de enero de 2017

Palabra cazada: fovoritismo

Dice Lázaro Carreter:


“Durante mis excursiones radiofónicas nocturnas me he encontrado ya dos veces con la perspicaz sospecha de que el Real Madrid pueda ser campeón, manifestada así una vez: ‘su posición en la tabla le da claro favoritismo’; y otra: ‘como una mala racha no lo estropee, todo el mundo apuesta por el favoritismo del Madrid’. Tal era la sintaxis de esos radiofonemas; y su léxico, revelador de cuanto padece la lengua española en los labios de tantos radiofonadores capaces de confundir ‘favoritismo’ (anteposición del favor al mérito) con ser ‘favorito’ (es decir, contar con mayor probabilidad de ganar).”

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