jueves, 26 de diciembre de 2013

Palabra cazada: Ignorar


El significado de la palabra ignorar es, según el Diccionario: “no saber una o muchas cosas, o no tener noticia de ellas”
Sin embargo, hoy se tiende a usar el verbo ignorar en el sentido de “hacer como si algo o alguien no existiera. Así por ejemplo, se suele oír: “Si alguien te insulta, ignóralo” o “Escúchame y no me ignores”... En ambos casos se utiliza “ignorar en el sentido de “no hacer caso”.
Es un barbarismo que, como muchos otros, se nos ha instalado en el castellano. En efecto, procede del inglés “to ignore”, que significa “no hacer caso”.
Lázaro Carreter dice que pronto para leer la prosa castellana será preciso tener a mano un diccionario inglés y otro castellano para interpretar aquellos textos que tengan más de treinta años.

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miércoles, 11 de diciembre de 2013

Palabra cazada: El mismo - La misma



La Real Academia ya dio un aviso años atrás, del empleo que se hace de manera abusiva de la anáfora “el mismo, la misma”.
 Pone ejemplos: Es preferible decir “fue registrado el coche y sus ocupantes” (y no: fue registrado el coche y los ocupantes del mismo); “la fecha es ilegible, pero se lee claramente la firma que hay debajo de ella” (y no: la fecha es ilegible, pero se lee claramente la firma que hay debajo de la misma).
Lázaro Carreter dice que en esta innecesaria puntualización caen periodistas, publicitarios, administrativos, etc. por considerarlo más elegante, pero que no pasa de ser vulgar y mediocre.
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Con la ironía que le caracteriza en sus “dardos”, el académico pronostica que pronto será de lo más frecuente oír diálogos como el siguiente:

“-Juraría que me había echado las llaves en el bolsillo de la chaqueta, pero no llevo las mismas en el mismo.
-¿Te has mirado en el pantalón? Puedes llevarlas en el bolsillo del mismo.
-No, no llevo las mismas en el mismo. Al salir de casa habré dejado las mismas sobre algún mueble de la misma, mientras sacaba el abrigo y me ponía el mismo.
-Tendrás que llamar a un cerrajero para que abra la puerta.
-Sí, aquí tengo el teléfono del mismo. Nos cambió la cerradura de la misma hace poco y conocerá la misma...”

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domingo, 17 de noviembre de 2013

Palabra cazada: Nuestro área



Con frecuencia oímos cómo se antepone el demostrativo masculino (este, ese, aquel) o el posesivo plural masculino (nuestro vuestro) a nombres femeninos que empiezan por “a” o “ha” tónicas: “este agua”, “ese águila”, “este arpa”, nuestro área”...
Es incorrecto.
La Real Academia de la Lengua enseña bien claramente que los sustantivos femeninos que empiezan por “a” o “ha” tónicas deben construirse anteponiendo “el”, “un” “algún” y “ningún” (el alma, un arma, algún águila, ningún área).

Todos los demás determinantes deben de concordar con esos nombres femeninos también en femenino (esta alma, esa arpa, aquella águila, nuestra área, etc.)


sábado, 16 de noviembre de 2013

Palabra cazada: Restar


Actualmente se utiliza con mucha frecuencia y erróneamente el verbo “restar”, reemplazando a su sinónimo “quedar”, sobre todo entre locutores y periodistas deportivos y políticos.
Se oye decir por ejemplo: “En la sesión de ayer restaron pocos diputados en el hemiciclo...” o  “Con la expulsión de Fulano restaron sólo nueve jugadores en el equipo...” En ambos casos lo correcto sería decir “quedaron”.
También es frecuente el uso de “restar” reemplazando incorrectamente a “faltar”. Se oye decir: “¿Cuánto resta para alcanzar la verdadera Unión Europea?” o “Todavía resta mucho para alcanzar la verdadera democracia interna en los partidos políticos...” En ambos casos lo correcto sería “falta”.
Lázaro Carreter dice que el uso de “restar” en lugar de “quedar” o de “faltar” sólo es posible en los casos en los que su oposición semántica puede ser neutralizada. Y pone un ejemplo del Quijote: “Pasaremos lo que resta de la noche cantando”. Podría leerse igualmente “lo que queda de la noche”.
“A este paso -termina diciendo- pronto oiremos cosas como esta: ¿Pero no habíamos restado que vendrías a las seis?”

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sábado, 7 de septiembre de 2013

Palabra cazada: Israelita



En un partido de baloncesto entre España e Israel transmitido por TV, un locutor se expresaba así en un momento de la disputa del partido: “Los israelitas van ganando por cinco tantos...”
Lázaro Carreter comentaba con el humor que le caracteriza que esto es un disparate debido a la ignorancia.
Todas las lenguas modernas distinguen bien la diferencia de significado entre “israelita” e “israelí”.
Israelita es el individuo del antiguo pueblo hebreo, descendiente  de algunas de las doce tribus hebreas. Israelita es pues el judío o hebreo.
Israelí es, según  nuestro diccionario, “el natural o el ciudadano del Estado de Israel.”
De modo que personas no judías pueden ser israelíes si son ciudadanos del Estado de Israel. Y, por contrario, puede haber judíos que no sean ciudadanos de Israel y, por tanto, no israelíes, aunque sí israelitas.


jueves, 1 de agosto de 2013

Palabra cazada: Puntual.


Se ha puesto de moda el uso del adjetivo “puntual”, pero de manera incorrecta. Así, se oye hablar de “acuerdos puntuales”, “conversaciones puntuales” o “asuntos puntuales” en el sentido de lo contrario de “total”.
Pregunta Lázaro Carreter con ironía: “¿No se entenderá  (¡cielos!) que acuerdos, conversaciones o asuntos van a llegar a la hora en punto?

Y es que en nuestro querido idioma castellano disponemos de adjetivos tan precisos como “parcial” o “concreto” para referirnos a esos acuerdos a los que nos queremos referir cuando, incorrectamente, los tildamos de “puntuales”.

viernes, 5 de julio de 2013

Palabra cazada: Reiniciar.



Si iniciar y comenzar son sinónimos, puesto que ambos significan “dar principio a una cosa”, también serán sinónimos reiniciar y recomenzar. Las cosas y las acciones tienen un solo principio. Si algo que se ha comenzado una vez, no se puede recomenzar, tampoco podrá reiniciarse lo que ya se inició.
Sólo se pueden reiniciar las cosas cuando se anulan completamente o se destruyen, como Penélope “reiniciaba” el tejido que cada noche deshacía. Pero algo que ya está iniciado y no destruido, no se puede iniciar de nuevo.
Tenemos un verbo para referirnos a la acción de continuar una acción que quedó interrumpida. Este verbo es “reanudar”
Cuando digo que dos amantes que se reconcilian, “reinician” su idilio, me estoy expresando mal. En nuestros días es muy frecuente encontrar este término mal empleado en muchísimos ejemplos más.
Lázaro Carreter dice que “casi todo lo que ahora se “reinicia”, lo que en realidad hace es “reanudarse”.

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