sábado, 28 de abril de 2012

Palabra cazada: Bueno



Es tal la cantidad de veces que “bueno” encabeza las contestaciones de la gente a las preguntas que se les formula, que tanto en las entrevistas de Radio y TV como incluso en las conversaciones normales entre la gente, parece que no haya otra manera de responder que empezar por este “bueno”.
Es decir, políticos, deportistas (sobre todo éstos), profesionales de toda índole, personajes y personajillos, todos se han contagiado como si se tratara de una pandemia de este correlato del “well” inglés o del “bon” francés.
En castellano, “bueno” tiene ya otros sentidos: de asentimiento, de sustitución, de sorpresa, de reanudación del discurso y otros más, pero siempre como interjección.
Lázaro Carreter nos dice que no puede por menos que descalificar mentalmente a quien, como muletilla, todas las contestaciones las empieza con el dichoso “bueno”.

sábado, 7 de abril de 2012

Palabra cazada: Asequible



Asequible significa algo que tiene posibilidad de conseguirse o alcanzarse.
El Diccionario nos advierte de que “no  se aplica a personas, y así en vez de Fulano no es asequible, dígase accesible”.
¿Qué pasó? Que por la homofonía entre las dos palabras, se ha introducido el “gazapo” de usar “asequible” aplicándole el significado de “accesible”. El Diccionario dice de accesible “dícese de la persona que es de fácil acceso o trato”
Lázaro Carreter insiste en que asequible es un adjetivo que debe aplicarse sólo a las cosas y nunca a las personas y, en tono de humor, nos dice que deben tenerlo muy en cuenta “aquellos que se precian de ser inasequibles al desaliento. Digan, por favor, inaccesible y hablarán con propiedad.”

martes, 3 de abril de 2012

Palabra cazada: Vale




La Academia ha terminado por admitir “vale”. Ha entrado en el Diccionario como “voz que expresa asentimiento o conformidad.
El uso de “vale” se ha difundido en poco tiempo, siendo un “vale” que vale para casi todo. Comodín “ahorratiempo” que, como dice Lázaro Carreter es también  ”una preclara manifestación de vulgaridad”.
Es una palabra que no enriquece el idioma sino que lo empobrece pues ahorra o ignora el “bien”, “de acuerdo”, “conforme”, “como quieras”... El “vale” los suplanta, monopolizando el uso.
La única ventaja que ha tenido su aceptación (y es ventaja muy estimable) es que, en opinión también de L.Carreter, ha cerrado el paso en España al yanquismo “okay.”